Residuos cero

Esta actividad consiste es hacer un juego de transformación de residuos plásticos en juguetes y con ello buscar una conciencia de sobre los límites del planeta, tanto de los límites del consumo como del insostenible nivel de residuos que generamos.

Crisis ecológica, límites de planeta, reciclaje.

60 minutos

Esta actividad necesita de contacto previo con los niños y niñas participantes (y sus familias), para que guarden todo material plástico desechado en sus casas con una semana de antelación. La actividad está dividida en tres partes. La primera consiste en visualizar el video* “Corazón de plástico”, realizado por la Agencia Italiana Ohga.

Luego, los monitores y monitoras enseñan una serie de fotos de basureros en diferentes países empobrecidos (en anexo) que, debido a su precario sistema de recogida de basuras, no les deja esconderlas como en los países enriquecidos. En segunda parte, cada niño y niña enseña los materiales que se han traído y, en el gran grupo, reflexionan sobre la cantidad de basura plástica que una familia puede llegar a acumular en solamente una semana.

Posteriormente, son divididas en “escuderías” (dependiendo del número de participantes, en cada escudería puede haber una o más personas) y deben utilizar el material que han traído para construir un vehículo. Mientras tanto, los monitores y monitoras van elaborando una “copa”, también de material reciclado, que servirá de premio.

Una vez terminados las manualidades, se pasa a la tercera parte de la actividad. Se busca un suelo dividido por losetas o, en su defecto, lo se divide en suelo a modo de casillas y se determina un recorrido. Cada escudería posiciona su vehículo en la línea de partida y, con un dado, van avanzando uno a uno las casillas correspondientes. Aquella que antes logre completar el recorrido, gana la copa. La actividad finaliza con una reflexión la transformación de nuestros hábitos de consumo como parte de la solución.

Se puede usar estas pautas, según la Campaña de Ecologistas en Acción:

– Di adiós a las bolsas de plástico: Utiliza tus propias bolsas reutilizables y carritos de la compra. Rechaza la sustitución de bolsas y envases por “bioplásticos”, estrategia engañosa de las empresas que conllevan también impactos ecológicos y sociales.
– Disminuye el consumo de agua y refrescos embotellados en plástico. Utiliza agua del grifo, filtros, cantimploras y botellas de vidrio.
– Sustituye el plástico para alimentos por vidrio, porcelana o acero inoxidable. No los uses en microondas ni lavaplatos con programa caliente. Desecha recipientes de plástico deteriorado que generan tóxicos que contaminan los alimentos, muchos de ellos alteradores hormonales. Usa biberones de cristal para los bebés.
– Rechaza otros productos de usar y tirar (vasos, platos, cubiertos, mecheros, maquinillas desechables…), busca sustitutos duraderos.
– Evita comidas precocinadas, congeladas y en conserva (muchas latas de metal usadas para la comida vienen selladas con una resina que contiene el aditivo plástico bisfenol A, así como los bricks que contienen polietileno en contacto con el alimento). Busca envases de cristal y alimentos frescos para cocinar en casa.
– Usa productos cosméticos y de limpieza hechos en casa, reducirás la necesidad de envases y son más saludables.
– Solicita a los comercios que eviten el uso de bolsas de plástico, promuevan la compra a granel y la retornabilidad de envases.